Leonidas Irarrázaval

La guillotina francesa

La guillotina fue la bomba atómica de su época durante la revolución francesa. Terminó con todo el orden establecido...

Por: Leonidas Irarrázaval | Publicado: Martes 29 de mayo de 2012 a las 05:00 hrs.
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La guillotina fue la bomba atómica de su época durante la revolución francesa. Terminó con todo el orden establecido de las monarquías de “Derecho Divino” en Europa. No se sabe el número exacto de guillotinados en Francia, pero se estima en varios cientos de miles de víctimas. Los reyes, sus hijos, el resto de la familia real, los miembros de la nobleza que no alcanzaron a huir a Inglaterra, España o Portugal. Obispos y conventos enteros de curas y religiosas. En fin, todos los sospechosos de no estar con la revolución de “Libertad, Igualdad y Fraternidad”. Lo peor fue la delación de inocentes que nada tenían que ver con el antiguo régimen, por parte de quienes querían salvar sus vidas acusando a otros. El ejemplo más bárbaro es el de Robespierre, en su momento de autoridad máxima de esa Época del Terror. Mandó a la guillotina a cientos de presuntos enemigos. Después lo guillotinaron a él con lo cual empezaron a disminuir las persecuciones que habían dejado a Francia en ruinas. Años más tarde asumió el corso Napoleone Buonaparte, que hablaba en italiano con su familia y el francés con gran dificultad. Con su genio militar y sus guerras, hizo de Francia un enorme imperio europeo que terminó con su encierro y muerte en la Isla de Santa Elena.

He vivido y trabajado en Francia durante diez años, bajo los gobiernos del general De Gaulle, Pompidou, Giscard d’Estaing, Mitterrand y Chirac. Todos estos Jefes de Estado fueron verdaderos monarcas de centro, derecha o izquierda. Fueron lo más parecido a monarcas absolutos y así le gustaban a los franceses… Ver y escuchar a De Gaulle era como sentirse frente a Luis XIV. Entre todos hicieron de Francia la cuarta potencia del mundo.

Sin embargo, los tiempos cambiaron y ya en este siglo la figura “métome en todo” fulgurante, irritable y cansador de Sarkozy fue como demasiado, a pesar de su gran talento y cultura política. Hace alguns semanas lo venció, por muy poco, el socialista François Hollande, reposado, tranquilo, bastante oscuro, pero sobre todas las cosas, más modesto en sus expresiones y actitudes. Para los franceses de centro-derecha, la reciente elección presidencial fue como un golpe de guillotina, pero esperado y deseado. Sabían lo que sucedería si no votaban por Sarkozy, pero lo hicieron a conciencia y ahora esperan los resultados de haber actuado así.

Francia es el país más racional del mundo. Es todo lo posible que encuentre su salida de la crisis europea sin alejarse de Alemania, que es la locomotora del tren de la Unión Europea. A pesar de que la señora Merkel, canciller de Alemania, insistió en que sus preferencias iban hacia el ex presidente. Hollande ha formado un buen gabinete de conocidos y destacados socialistas, muchos con experiencia en el gobierno de Mitterrand. Entre los nuevos ministros está Marisol Touraine Arenas, hija de una chilena y del connotado sociólogo Alain Touraine que nos conoce muy bien. Su hija es ministra de Asuntos Sociales y la representante de “un nuevo socialismo francés”. Desde Chile se le desea todo el éxito posible y que recuerde su cercanía con nuestro país.

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